viernes, 5 de abril de 2024

¡ECHARLE LA CULPA A OTRO! NUNCA PASA DE MODA

 

¡ECHARLE  LA CULPA A OTRO!NUNCA PASA DE MODA


 Por Oscar Carrasquel

 

Se trata de una de las expresiones más comunes, útil y divertida de nuestra vida cotidiana. Este tipo de impulso de echarle la culpa a otro no es una actitud nueva, nos acostumbramos a usarla desde pequeño, en altercados dentro del colegio; en el seno del hogar, y después con el transcurrir de los tiempos, empleada por casi todo el mundo, por jóvenes, adultos,  ancianos, por personas de diversos extractos sociales, hasta en el deporte y altas esferas.

Un caso lo encontramos en un artículo publicado por el famoso comediante y columnista venezolano Claudio Nazoa, que publicó en un diario de circulación nacional, cuyo párrafo tiene bastante que ver con esa reacción de “echarle la culpa otro". Nazoa lo explica en un acertado artículo de la siguiente manera: 

 Abro comillas:

      “En la época colonial en Venezuela, una señora muy encopetada sufría de flatulencia sonora incontrolable. Para que no la descubrieran se hacía acompañar por dos esclavas quienes pagaban las consecuencias de su sonora dolencia. La cosa se  ponía peluda cuando la dama asistía a misa. El silencio del recinto hacia más comprometedora la explosiva situación. Sin embargo, a ella no le importaba porque tan penoso momento era enmendado a costa de las  esclavas.

--- ¡Qué vergüenza. No respetan ni la iglesia –les gritaba la dama (cierro comillas)

El que utiliza esta especie de excusa hace lo humanamente posible para hacer creer que la falta siempre es de los demás, y no suya. Sabe poner buena.  Total, no corregir error, sobrevivir a costa de los demás  para limpiar los pecados y seguirse creyendo que es el niño que descansa en el regazo de la Virgen  María.

Claudio Nazoa, como es sabido, al igual que  su padre el poeta Aquiles Nazoa y su tío Aníbal Nazoa, tuvieron una estrecha relación familiar con Villa de Cura. Por su parte Claudio sabe escribir y emplear el humor con elegancia. En algunas ediciones de  la revista” Expresión”, editada por la Editorial Miranda, con asiento en esta ciudad, quedaron impresos algunos de sus artículos.

 

La Villa de San Luis, agosto de 2018

lunes, 1 de abril de 2024

EL CORTIJO

 


        EL CORTIJO

        Oscar Carrasquel
                
Tu rostro refleja hoy 
una tristeza de estar muriendo
con un semblante macilento
de mastrantal reseco

Se murieron las aguas 
de la madre vieja de tus ríos
que entre barrancos y bambúes
discurrían

Quedó vuelto un erial 
tu tierra fértil
que muchos frutos paría

Ya los mesones 
en tus rancherías
no despiden aroma 
a Noche Buena y Año Nuevo

Se escapó el frenesí,
el néctar embriagador
de los gajos de uva
(blanca y morada)

Se marcharon de la mesa 
EL tamal y la hallaca 
El asado negro
El marrano frito,

De tus valles 
emigraron las abuelas 
de turbante en la cabeza
y sonrisa buena

Las ubres de la vacada 
ya  no destilan
el zumo de las tetillas

Solo queda 
el rostro de los veranos,
y el soplido del viento
en tu garganta de soprano

De niño anduve
recorriendo tu llano,
tus caminos, como antes eran
y tus altivas montañas

Puedo decir que fui adalid 
bajo tu cielo azul
En la senda 
de muchos calendarios.

                                       24-12-2017






miércoles, 24 de enero de 2024

EL OCASO DE LAS BODEGAS DEL FIADO Y LA ÑAPA


EL OCASO DE LAS BODEGAS DEL FIADO Y LA ÑAPA

               Sobrevive la  Bodega "Régulo" calle Comercio con callejuela Mateo Vargas, actualmente. cambó su formato y se llama "Comercial Villa Alameda". Foto Ramón Alfredo Corniel.

 

                                             Por Oscar Carrasquel


Un espacio que tiene sus vínculos con muchas anécdotas y añoranzas. Serviciales ofreciendo sus productos y un ambiente acogedor. Quienes ejercieron de pulperos fueron unos verdaderos héroes del deber, creo que nos dejaron un mensaje. El bardo Aquiles Nazoa les cantó en uno de sus poemas más memorables. La historia como dicen los viejos "tiene un tiempito". En la época gomecista la Hacienda La Violeta en la Sierra del Sur, el hacendado tenía su propia bodega donde había de todo, desde productos de imprescindible necesidad hasta mercancía seca. Se pagaba con fichas como si fueran monedas.

En la Villa de Cura de mediados del siglo xx, todo el mundo sabía dónde quedaba la pulpería de su preferencia, en donde adquiría los productos de la dieta diaria; casi siempre ubicada en la esquina de la cuadra en donde se vivía. En el centro, en cada barrio y sus adyacencias quedaron las huellas de estos memorables establecimientos.

El pulpero y dependiente eran hombres del pueblo, respetados, atendían con una impresionante gentileza a la gente de todas las edades que acudían a hacer sus compras de rigor a precios increíbles. Las bodegas eran como boticas, abrían de lunes a domingo y hasta en horas  de la noche.

Se surtían en su totalidad de los grandes almacenes mayoristas, importadores, que hacían vida en La Villa y también de viajeros con arreos de mulas que llegaban del campo. Los muchachos escolares lo aceptaban los bodegueros como aprendices.

Las familias hacían su mercado para una semana o una quincena, se  tenía una libreta de notas en donde el bodeguero nos anotaba el fiado. Recuerdo que los dueños llamaban al cliente  “marchante" y viceversa. El fin de semana o quincena se presentaba el señor de la casa, o mandaba a la mujer con el dinero en la mano a saldar cuenta. Nuestras madres y abuelas guardaban la libreta en una canasta dentro de la cocina.

El bodeguero de vocación era una persona que pasaba la vida entera sumergido en su negocio, con un horario agotador, pero siempre prestando un eficiente servicio a la comunidad.

El nombre de algunas bodegas, las más nombradas en la Villa de San Luis y sus dueños lo obtuvimos de nuestras vivencias, y gracias  al aporte en una entrevista con nuestros amigos René González y  José Tomás Hernández, hijo del almacenista y bodeguero Falito Hernández.

Es tarea difícil mencionarlas a todas.  En dicha búsqueda tenemos a mano algunas antiguas bodegas, por ejemplo “El Gran Detal” de Gerardo Breto,   “La Loca” de Francisco Martínez, quizá uno de las últimas; “5 de Julio” Rafael Ortega, “Las Brisas” Carlos Lovera; “Régulo” de Régulo Ortega,  “La Sapera”, le conocimos tres dueños, priinero Lope Esáa, luego Ángel Castillo y  Emilio Lovera; “Bella Vista” Salomón Núñez; “El Sol” Miguel Hinojosa; “El Detal” Aníbal Hernández; “El Samán” Eusebio Colmenares; "La Tuya" de León Muñoz que tenía construida una gallera; bodega “El Barrio” en Aragüita de José Alejandro Martínez,  “Sucre” Ignacio Borges, “La Abdemia” de José Tenería; “La Nueva Ola” o indistintamente " El Matapalo" de doña María Ovalles, y el mismo derrotero bodega “Esther” de Heriberto Sumoza.

El muchacho de mandado siempre se llenaba de emoción cuando lo mandaban a la bodega  "Sol y Sombra" de don Víctor León, frente al Grupo Escolar Arístides Rojas. Y dentro del Mercado de la plaza Miranda estaba "El centavo menos", propiedad de Pedro Ramos,

Vayámonos para la Parroquia Las Mercedes, a pocos metros de La Iglesia "La Felicidad" de Máximo Carrasquel; después la tuvo don Abrahan Nieves; "La Reforma" de Rafael Colmenares; "El Salivazo" de Máximo López; "Las Mercedes" Pedro Martínez, "La Sirena" de Lucio Ontiveros, "La Perseverancia" de Evangelio González. 

“La Rosa Blanca” fue fundada por don Carlos Almenar en la calle Miranda. Y en la media cuadra de la calle Jaime Bosch, la pulpería de don Carlos Emilio Quero, con un gran surtido de alpargatas. Así la compra fuera pequeña los "tocayos" daban la ñapa en caramelos de papelón. Por cierto José Gregario Valera junto con Pablo Flores  fundaron la bodega "El Descanso" a pocos metros de la casa del Santo Sepulcro, 

Don Ramón Parra, iniciador de una dinastía musical, también tuvo pulpería al lado de lo que hoy llaman El Tinguaro. En la cuadra siguiente vía el cementerio funcionó bodega "La Alameda", propiedad de Aristides González..  

"Juan Bimba" se llamó la bodega de don Federico Gutierrez, (calle Miranda cruce con doctor Morales) tenia como dependiente a su sobrino Jesús Gutierrez, quien al mismo tiempo ocupó el cargo de Comandante del Cuartel de Policía.   La pesquisa nos llevó hasta la pulpería "La Muchachera" en la calle Padre Jiménez del charaleño Pedro Silva Méndez; y al norte en la calle Urdaneta bodega "La Coromoto", fundada por el legendario Pío Olivares. Nuestro recorrido llega hasta el barrio La Represa la bodega "La Represa" de José Tomás Hernández, atendida siempre por el maestro Serapio Alvarado.

Hace unos cuantos años estuvieron establecidas en la calle Comercio cerca de la Plaza Miranda, tres negocios cuyos nombres no recuerdo, las bodegas de hombres útiles del pasado como José Antonio Hernández, Nerio Hernández y Javier Mena. 

El barrio Las Tablitas es un sector de una laboriosidad increíble. La barriada era un potencial llena de pulperías, comenzando con bodega "Las Tablitas" de Julio Romero, "La Cuevita" de doña Cecilia Arias, "Santa Cecilia" de Cirilo Maury; "Altamira" de Alejandro Silvera ; "La Esperanza" de Manuel Flores. "La Fortuna" de Juan Elías Padrón, bodega "El Regreso" de Julián Martínez, "La Negra" de Pablo López. al frente del cementerio se encuentra  la bodega "San Martín" de Remigio Labastidas. Bodega "La Covacha" cuyo propietario hasta su fallecimiento fue don Juan Alejandro Nadal. quien simultáneamente fue miembro fundador del partido Acción Democrática, "el viejo partido".

Por considerarlo de interés en la década del 40 del siglo xx en una Parroquia de  Caracas,, fue  muy renombrada la "Bodega La Villacurana", fundada por el señor Ángel Castillo, de grato recuerdo, por haber sido una de los jugadores estrellas del San Luis BBC de Villa de Cura. Castillo vivió mucho tiempo en la capital.

En las bodegas de antes la ñapa tenía diversas maneras, a veces era un frasco de vidrio para cada cliente, en donde el pulpero iba depositando por cada compra granos de caraota o frijol, al llenarse, lo canjeaba por  cualquier artículo, o en un bolívar para comprar un cuaderno y un lápiz. Pero cuando la cantidad de la venta era mayor, entregaba una pequeña cartulina numerada del 1 al 30, y por cada compra, el pulpero  le abría una perforación con una piqueta.  Al final, le obsequiaba un artículo comestible o un bolívar, depende.

Existía lo que se llamaba  la ñapa relancina, para el muchacho de mandado, la cual consistía en dos o tres cambures, o una pequeña ración de papelón y queso, lo cual nos dejó en la mente y en el alma momentos de felicidad. Recuerdo que con una locha se compraba una mano de 20 cambures maduros.

El pulpero de antes, en muchos casos utilizaba otros términos de medida y peso para comprar y vender: cuartilla, quintal, almud, fanega. El pulpero siempre andaba de buen humor contando anécdotas y chistes. Aquel era  un hombre  imposible de engañar, ni de ser engañado;  para vender utilizaba un peso fiel de balanza, y para comprar un peso cochinero de resorte. En la zona de El Cortijo había una bodega grande con estas mismas características. En la época no existían aparatos para los sumandos, el bodeguero toda cuenta la sacaba mentalmente.

En la mayoría de estos negocios se podía encontrar, granos, papelón, queso llanero a cuatro bolívares el kilo; 0.25 de manteca vegetal, maíz en concha a tres centavos el kilo, sardinas en lata a un real, hilo elefante, tacos de linterna a 0.50; velas de cebo a centavo, leche klim a 2.50; kerosén dos centavos el litro.una lata de mantequilla Maracay a un bolívar;  dos centavos de café y otros artículos de primera mano. Cuánto daría una ama de casa de hoy por conseguir estos precios. 

Una lista  para quince días en la bodega “Régulo” ,  la cual guardamos en papeles viejos, no pasaba de 43 bolívares de aquellos. A estas alturas ya casi no se ven pulperos viejos. Va quedando como empleado Oswaldo Ortuño, el popular “verdura” en la bodega de Ortega . Recuerdo que la bodega "Régulo"  tenía en existencia, desde pastillas para el dolor de cabeza, hasta aceite para carros.

Muchas veces, después que uno llegaba de la escuela, llevaba la libreta a la bodega para que le despachara, un real de queso, una envoltura de mantequilla de un real, dos huevos de gallina, medio de sal y una sardina de un real.

Por cierto, eran contados los pulperos que no daban fiado y ñapa,  el cual  adquiría  fama de "pichirre"; ese tipo de comerciante andaba más solo que capilla sin santo, como dice la composición de Andrés Eloy Blanco. 

Vivíamos con limitaciones economizas pero conformes; con el estómago lleno, había excelentes marcas de productos, existía la interacción,  hasta se llegaba a compartir la comida  con el vecino, "vaya donde fulana que me regale una cabeza de ajo y un poquito de sal". !Ah!... Y en aquella Venezuela  no faltaba en los solares del barrio, un marrano engordando y animales de corral.

El fin de las bodegas, de la ñapá y el fiado, según opiniones diversas, tiene motivaciones diversas,  la creación de grandes supermercados y abastos chinos, la quiebra,  la imposición del dolar para comprar, en ese mismo orden, los causantes en Venezuela.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís,Tricentenaria





lunes, 16 de octubre de 2023

HOMENAJE PÓSTUMO AL PROFESOR MARCOS LEAL CEBALLOS

 

HOMENAJE PÓSTUMO AL PROFESOR MARCOS LEAL CEBALLOS

 

Por Oscar Carrasquel

 

La muerte de un amigo cercano  es muy fuerte, nos afecta profundamente, es como si hubiéramos perdido a un familiar. ¡Los ojos se nos inundan de lagrimas sabemos por quién estamos llorando!,  se nos calcina el alma, los recuerdos nos llegan como papelitos blancos agitados por la brisa.... A pesar de los siglos, uno no está preparado para esos momentos de la realidad de cada uno de nosotros. .

Pero no sólo que entristecemos, sino que a cada momento lo estamos recordando, como una persona que fue apta para la siembra y la cosecha, para todo aquello que fuese en bien común, por todas esas cosas que dejó sembradas en el corazón de los seres humanos. El profesor Leal se ganó el respeto y el cariño de todos. 

El profesor Marcos Leal Ceballos dejó la tierra en que nació y tal vez a la Patria, a la cual aportó sus hermosos conocimientos desde su misión de maestro de escuela, a la cual le brindó todo su amor. Pese a su seriedad de inspirar mucho respeto, fue un ser con un gran sentido del humor. Fue dueño del arte de escribir poesía, literatura y obras de teatro. Es autor de un primer libro titulado “El Banco de La Infamia”,  el cual hubimos de leer para disfrute del espíritu. Conservamos el recuerdo de su pasión de su  estructurada voz en conferencias y discursos como Orador de Orden.

Recientemente tuvimos la oportunidad de estar presente entre la cantidad de  espectadores en la “Sala Enrico Terrentín” en el Teatro Estable de Villa de Cura; en la presentación y estreno de un trabajo novelista titulado "Vanidad Amor Valle Feliz",  basada en una obra original de este villacurano de pedagógica pluma, la cual fue dirigida por el Maestro Orlando Ascanio, con la actuación de un grupo de  artistas villacuranos derrochando arte. 

El estudio de la Biblia y su vocación por la  religión cristiana católica  formó parte de su estructura  educativa.  Fue cargador muchísimos años de la imagen del Santo Sepulcro de Villa de Cura.  No obstante que, en este nuevo modo de vida que llevamos,  no se le reconoció el acceso a la Casa del Santo Sepulcro. a la que entregó parte de su vida como cargador y directivo de la Sociedad de Cargadores y a su evolución histórica. Pero su fe era hundida como la raíz de un viejo árbol.

Apaciguada la tempestad que significó su partida física en tan rápido momento, en horas de mucha angustia y dolor que nos tocó vivir. Queremos unirnos a este merecido homenaje  a su memoria, en reconocimiento de su labor cultural, cuando el destino llevó su alma por los senderos del cielo hacia el campo de la verdadera paz.

La renovación de pésame es fundamental en este momento  para su viuda Tahimi Izzo de Leal,  sus hermanos Rómulo, Ernesto y familiares y amigos. 

En esa misma línea de invariable y vieja amistad, por muchas cosas de valorización humana y otros sentidos, están entre otros el abogado poeta Carlos Palma y el escritor y editor señor Inocencio Adames Aponte. 

Gracias profesor Marcos Leal Ceballos, estamos orgullosos por tu amistad que nos brindaste hasta la hora del cierre, por la frecuencia de las reuniones que tuvimos en nuestra casa de familia, y por el desbordado afecto que nos tuviste...Hago hincapié las  veces que libamos  las "Gotas del Carmen",  para reconfortarnos con la poesía.

Le debíamos esta ceremonia a tu cuerpo que ya no está y no vuelve, que se marchó sin avisar con el resplandor del sol de una mañana.  .Quiero finalizar con una frase que fue propia del profesor Marcos Leal, cuando despedía su programa de radio:  "!Gracias por estar aquí!.  

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, enero 2024

 

 

 

 

 

 

miércoles, 4 de octubre de 2023

HISTORIA INOLVIDABLE DE JUAN BAUTISTA ALAYON “LOCO LINDO”

 

         HISTORIA INOLVIDABLE JUAN BAUTISTA ALAYÓN “LOCO LINDO”

                           Al maestro Marcos Leal Ceballos, a su memoria

                                            Por Oscar Carrasquel

El que se adosa el seudónimo de "Loco Lindo" en Villa de Cura fue Juan Bautista Alayón, el cual viene a ser el personaje popular más importante de la ciudad. Su atuendo fue de una manera muy singular, se hizo muy conocido con sombrero de pajilla, camisa de cuadro por fuera, paltó de casimir descolorido y corbata ancha de nudo,  y una historia llena de muchos episodios que vale la pena revivirlos. El loco mantuvo una buena relación con una carterita de aguardiente cultural metida en el bolsillo.

Según lo que hemos podido saber de fuentes serias, a finales de la década del 40, pateó las calles de La Villa, un personaje con problemas mentales apellidado SOTA, desaseado, manchado de sucio, el cual tuvo la manía de portar un guilindajo de ollas y utensilios de cocina, las cuales al caminar sonaban con el roce. Podríamos presumir que era para recolectar sobras de comida que le daban en las casas. Con sus excentricidades hacía rabiar al maestro, pues el hombre pasaba por enfrente de una sección de la Escuela Arístides Rojas, que funcionaba en la calle Real; y el docente debía interrumpir la clase, por la bulla que producía el desequilibrado.

Juan Bautista Alayón dejó profundas huellas aquí, oriundo de Villa de Cura. La poesía fue uno de sus refugios,  poeta y declamador, narrador y cuentista. Su voz se oía con agrado. Se encargó de alegrar a todo el mundo. Desde muy joven fue una persona de formación cultural, mantuvo siempre una estrecha comunicación con el movimiento cultural villacurano. 

Antes de esto, recibió lecciones de Contabilidad en la Escuela de Artes y Oficios, incursionó como jugador de béisbol y directivo, cantante de tangos, se moría por la música argentina, fundador de la Peña Tanguera villacurana; las tenidas en la panadería eran memorables; trabajó como redactor de un periódico, bailador, serenatero, comerciante de panadería; se entregó a leer libros de literatura; le gustaba coleccionar  fotografías y tenía cualquier cantidad de música argentina grabada. Sacaba tiempo para compartir con el vasto universo de sus amigos.

En razón de sus méritos alcanzó a ser  Director del Museo de Tradición “Inocencio Utrera” de la ciudad de Villa de Cura. Se llamó LOCO LINDO por ser un bufón fundido en el alma del pueblo.

Incursionó en el ámbito artístico nacional. Hubo varias fechas que el personaje acaparó espacios en la radio y en televisión  de la ciudad capital. También en el Teatro Teresa Carreño  Después de examinar ponencias y solicitudes de organizaciones  civiles y culturales, se ganó con méritos el nombramiento de Patrimonio Nacional, símbolo del arte folclórico de nuestro país. Repito... se lo ganó, la ley de Patrimonio no regala nada. 

Como es sabido, Juan Bautista Alayón está ausente para siempre, le llegó la hora del cierre, sabemos de sobra que no somos eternos. Antes le sonrió a la vida.

                           !Que bello es acordarse el tiempo ido! 

Recordar a  nuestro  personaje favorito,  que con su palabra, su espectáculo, su vena poética y fino humor se convirtió en  cultor popular de privilegio.

En aras de alegrar el espíritu, así lo sentimos. En ésta oportunidad hemos pedido ser escuchados, para  unirnos al homenaje que se le rinde hoy a este ilustre lugareño,  nuestro  inolvidable compadre Juan Bautista Alayón. Loco Lindo.

                            Que Dios lo tenga en la Gloria

          Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis de Cura,  07 de octubre 2023

jueves, 14 de septiembre de 2023

DON NARCISO PÉREZ ACOSTA BASTIÓN DEL DESARROLLO COMERCIAL DE UNA ÉPOCA

 


                                       Don Narciso Pérez Acosta.Foto álbum familiar, retocada por Ramón Alfredo Corniel


 

                                                             Por Oscar Carrasquel

En una época que el comercio de la Villa de San Luis, a mediados del siglo xx era más boyante, con el grueso de sus tiendas y almacenes importadores y de venta al mayor que se instauraron en la ciudad, entre ese colectivo supimos de este próspero personaje nativo de Villa de Cura, que en vida se llamó don Narciso Pérez Acosta. Un hombre de honor, visionario y de gran iniciativa; conocido y reputado comerciante.

Narciso Ramón Pérez Acosta era su nombre de pila bautismal. Había nacido en Villa de Cura el 26 de agosto de 1909, primogénito hijo del bachiller Prisco Pérez Monasterio, meritorio maestro de escuela, y además desempeñó cargos públicos importantes, probo en el manejo de fondos públicos. Su madre se llamó Carmen Acosta de Pérez. A temprana edad le correspondió asumir  el mantenimiento del hogar en virtud que su padre era enemigo del régimen del general Juan Vicente Gómez y sufrió cárcel y persecución. Narciso aprendió el oficio de contabilidad. Su primer empleo fue como tenedor de libros de la firma comercial BENDAYAN & BENARROCH,  como los primeros judíos radicados en Villa de Cura. En 1930 ingresa a trabajar en el Almacén de don Andrés Bravo. Unos años más tarde con el auge de un capital le permitió adquirir la mitad de las acciones de esta compañía. En 1936 muere don Andrés Bravo, y la viuda, que era la principal heredera, le vende su participación al socio Narciso Pérez Acosta.

Don Narso, así le conocieron algunos,  en La Villa formó numerosa estirpe, junto con la familia habitó una vivienda en la calle Comercio, enfrente de la Gruta Nuestra Señora de Lourdes, vecino del doctor Manuel F. Rondón. Su fondo de comercio se conoció con el nombre de "Narciso Pérez Acosta Sucesores", la placa metálica estaba ubicada en la calle Real, frente a la barbería y casa de habitación de don Inocencio Utrera, entre calles doctor Manzo y Urdaneta.

En el año 1954 adquiere la Hacienda Montero, situada en la carretera que conduce a San Juan de los Morros; Algunos la recuerdan como una gran vaquera productora de leche y un sitio ideal. Han dicho que hoy presenta un territorio agreste improductivo. Don Humberto Arocha, el encargado de la finca, se ocupaba de la cría de ganado lechero, allí comenzó por la agricultura,  el cuido de caballos y la cría de animales domésticos. Don Narciso Pérez Acosta con el señor  Dionisio Infante, Genaro de Mayo, unidos con otros ganaderos de la zona fundaron la antigua fábrica de leche SILSA, que producía el vaso de leche escolar, por medio del cual llegaba el producto a la totalidad de las escuelas públicas. Cuya Junta Directiva va a presidir don Narciso.hasta 1972 que traspasa sus acciones, quedando en calidad de asesor. Era la Finca Montero atravesada de rumorosos riachuelos frecuentada por los mejores coleadores de la región y otras personalidades vinculadas a la actividad comercial. Visitada por la familia el caserón de la hacienda era emblema de los Pérez Zamora.

De la política no fue un dirigente activista, sin embargo, el año 1943, pleno de vida, ejerció como Presidente del Concejo Municipal del entonces Distrito Zamora, Estado Aragua, que lo integraron además, Plácido García Zamora, Javier Mena, Rogelio Tavío Tosta, Luis Rosendo Hernández Pérez y Francisco Álvarez Rodríguez, entre otros. Don Narciso fue diputado en representación del Distrito Zamora, junto a don Candelario Matos, a la Asamblea Legislativa del Estado Aragua, deliberantes comprometidos con las necesidades de su pueblo. Esto fue durante el régimen del General Isaías Medina Angarita. Luego del asesinato del doctor Aníbal Paradisi en 1945.  La política y el comercio ganadero lo vincularon en amistad con nuestro padre J. Eugenio Carrasquel, que también fue diputado de esta ciudad a la Legislatura de Aragua. Eso también es parte de esa historia.

Narciso Pérez Acosta fue un ser muy sencillo, cotidiano, lo confirman quienes lo conocieron de trato, o de oídas. Amante de la lectura. Contrae nupcias el año 1938 con la señorita María Josefina Zamora Pulido, pariente lejana de los Zamora, de dónde proviene el general Ezequiel Zamora Correa. De la unión de Narciso y María Josefina nacieron nueve hijos, Andrés Prisco, Narciso Ezequiel, Alexander Nicolás; Saúl Enrique, Humberto José, Carmen María, Aníbal Hernán, Trinidad Belén y Freddy José Pérez Zamora (apodado Pancho) nacidos todos en Villa de Cura. Fue característica de esta familia su devoción por la religión católica. Don Narciso, el patriarca, era devoto del Santísimo Sacramento y de la Virgen de Coromoto.  

Del apellido se desparraman los Pérez Zamora, Pérez Almenar, Pérez Curvelo, Pérez Santodomingo, Pérez Rodríguez, Pérez Torrealba, Pérez Aponte. Quizás otros que el autor de la nota desconoce.  Una investigación de calle sugiere que ese apellido Pérez está entroncado con la familia Parra, don Narciso Pérez y don Ramón Parra Pérez (eran primos). 

La rúbrica de Don Narciso Pérez Acosta aparece estampada entre las personalidades que le dieron impulso, a mitad del siglo pasado, a la creación del Liceo Alberto Smith de Villa de Cura. Y también para que se instalaran en la ciudad las primeras instituciones bancarias y su desarrollo. Se afirma que por sus deseos de libertad y democracia, pudo haber pasado por la Junta Patriótica el año 1958, en una sigilosa lucha que dio el traste al régimen dictatorial de Pérez Jiménez.

Don Narciso Pérez Acosta se despidió de la política, dedicándose a tiempo completo a sus negocios. Debemos recordar que fue fundador de un establecimiento comercial en San Fernando de Apure, su negocio era un centro de acopio que comerciaba, plumas, pieles, pescado seco, queso, granos, y era comisionista para la venta de vacunos. No hay duda de sus relaciones empresariales en Apure con el prestigioso comerciante Saverio Barbarito, que dirigió la firma  Hermanos Barbarito y Cia. De aquí se extendió para Caracas donde  se integra al negocio de importación de mercadería por el puerto de La Guaira. Por esos años funcionaba un grupo mayor de tiendas y almacenes importadores en Villa de Cura.

Sus actividades comerciales continúan intactas no sufren ninguna mengua, hasta que cayó en cama por un padecimiento en la vejiga, pese a todas las atenciones médicas, terminó su presencia terrenal en la ciudad de Caracas  el 6 de noviembre de 1978, a los 69 años de edad. Sus restos fueron trasladados a su terrón nativo, sepultados en el panteón familiar en el cementerio municipal, ante una multitudinaria manifestación de duelo de la sociedad villacurana, de familiares y amigos, incluyendo dirigentes de gremios empresariales, laborales y políticos, a través de expresiones de dolor y abrazos de pésame.

La lucha de don Narciso Pérez Acosta por el progreso de Villa de Cura fue dura, titánica,  se marchó satisfecho de la labor cumplida. Es una prerrogativa poder decir: realicé, convertí un ideal en obra. Preocupado siempre por la educación de sus hijos y el bienestar de su familia. Dejó un cúmulo de enseñanzas en beneficio de sus hijos, nietos, bisnietos; sobrinos; que hoy son profesionales, músicos, trabajadores que han dado su aporte al comercio, a la educación, la cultura y a la sociedad en general. Los  años pasan raudos, aprisa, Dios dispuso que algunos de sus miembros se ausentaron prematuramente  de la vida, es lo único que no podemos evitar.

El objetivo de este trabajo es quizá conocer el actuar de un personaje social y comercial de los de antes. Ha sido posible  a la interpretación de quien escribe la nota, pero en especial a las  aportaciones, no obstante  las horas difíciles, tristes y conmovedoras por la que está pasando la familia, de nuestros estimados amigos Aníbal Pérez Zamora y su hijo José Ignacio Pérez Santodomingo. 

Que en la paz del Señor descase el alma de don Narciso Pérez Acosta.

                      Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, septiembre 2023.

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lunes, 15 de mayo de 2023

YANETH Y SUS AMIGOS A TRAVÉS DE LA RADIO

 

YANETH Y SUS AMIGOS A TRAVÉS DE LA RADIO

Por Oscar Carrasquel

Este programa de radio muy sintonizado tiene serio propósito, está con Dios. Lleva una agenda humanitaria de largo camino aquí en esta tierra villacurana. Conducido por personas de oración. Saben animar y hacer radio. Se trata de una emisión única de sentir social que ya tiene dos años en el aire y se transmite por la emisora Radio Artesana FM 105.5, identificado como YANETH Y SUS AMIGOS. La producción y dirección es de nuestro amigo Alexis Guevara Pérez. Su cara y su voz son bastante conocidas detrás de un micrófono, como conductor y moderador de varios programas radiofónicos  con dotes de audaz entrevistador.

YANETH en una dama de mente clara, de voz y movilidad reducida por haber sufrido un trastorno desde su nacimiento,  pero ha puesto de su parte y  logrado, gracias a Dios, desarrollar una capacidad e  inteligencia, se le ve de buen ánimo para de alguna manera comunicarse con la audiencia.

 Lo que llama la atención es que a la querida amiga  JANETH no la detiene nada, le gusta ayudar a su amigo Alexis y compartir su gusto en un estudio de radio.  Ella es quien propone y hace la presentación de las figuras invitadas. Tienen seguidores virtuales que interactúan y les escriben. Hoy día a estas alturas existen personas autistas que son profesionales universitarios, dictan conferencias, hasta son investigadores de la NASA.

El mencionado programa de radio está dirigido a los padres,  a las familias que tienen a su cargo un niño con necesidades y condiciones especiales, en particular los que padecen de autismo y otras discapacidades. En dicho espacio que se transmite todos los martes entre las 4 pm a 5 pm se le da cabida, tanto a maestros especialistas, médicos, sicólogos, neurólogos, y de manera específica a los padres y representantes que tienen niños con esta condición, para que cuenten sus experiencias, y con la rutina de interacción social sirvan de orientadores con el fin de lograr disminuir los temores sobre el presente y futuro de estas niñas y niños.

Hay que tomar en cuenta que ellos pertenecen a una comunidad demasiado vulnerable y requieren de una enseñanza sicológica y pedagógica adecuada,  es preciso explorar y valorar su esfuerzo y dedicación. No es difícil comprender que las personas que padecen de autismo merecen nuestro respeto y consideración igual que cualquier otra de condición normal. Creo que este es el único programa de su estilo que se transmite en la actualidad. Por eso es que no tenemos duda en ponderarlo y al mismo tiempo recomendar esta presentación que sirve a la humanidad que conduce acertadamente el locutor y narrador Alexis Guevara Pérez, del cual somos fieles y satisfechos seguidores.

Esta audición gratamente comentada cobra mayor importancia debido a que últimamente han surgido señalamientos, según el cual un servidor público burlón elegido por el pueblo, ubicado en el oriente del país, se pronunció de manera despectiva y con palabras vejatorias para este sensible sector de nuestra sociedad. El hecho hirió a padres, abuelos y hermanos y otros miembros de la familia de estos niños, así como a las altas personalidades de la Oficina  ONG.

El mencionado espacio de Alexis y Yaneth es como una familia haciendo ruido.  Es costumbre y es ley, tener el acompañamiento frente a la consola del mozo Ángel Mendoza Martínez “Wilki”,  encargado de animar la audición generando una variedad de temas de grandes eminencias musicales.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís mayo 2023

miércoles, 3 de mayo de 2023

EL ANIVERSARIO DE NUESTRA CIUDAD Y UN CONJUNTO DE REMINISCENCIAS . QUÉ NOS QUEDA

 

                                          Foto referencia bajada de Internet ruta indicada al margen. 

"Nada existe mas valioso, mas fuerte, mas dulce, mas sano, ni mas útil para el porvenir que el querido recuerdo de la infancia". Feódor Dostoievski


Por Oscar Carrasquel


A través de una larga experiencia, así tengamos los años de una vitrola vieja, hilvanamos y contamos paso a paso sobre el camino transitado y lo dejamos guardado en el grato baúl de los recuerdos. Es una hermosa senda de la vida de la que nos sentimos orgullosos. Nuestra juventud fue bonita y algo distinta Ya lo hemos dicho en anteriores escritos, campeaba la pobreza pero dentro de un ambiente de enseñanza y de dignidad, respetando la propiedad ajena.. Nuestra juventud fue de dedicación al calor del hogar y de respeto mutuo, preocupados por el estudio,. de trabajar desde temprana edad. De gusto por la gimnasia y los paseos, de bañarnos en los ríos y atracción por el campo. A veces por simples tonterías los muchachos nos dábamos puñetazos a la salida de la Escuela Arístides Rojas, pero enseguida estábamos juntos.. Entregados al ejercicio del deporte y a la sana diversión. Todo esto nos guió en la vida y deja una marca indeleble que nunca se olvida, con todas sus vicisitudes, con tropiezos, resbalones  y caídas. 

Los años transcurridos hacen que todo evolucione. Hemos andado y desandado caminos y conocido otros mundos, con acierto y también con errores. En la salud y en la enfermedad. Los años de experiencia nos han convencido que la juventud que nosotros conocimos fue nuestro mejor trofeo.. Hablamos de esto sólo para hacer una retrospectiva del camino  recorrido, en esa etapa inolvidable de nuestra vida. Contar  una parte de los años juveniles es lo que nos anima en estos momentos difíciles..

Nuestra amada Villa de Cura, para quien no la conoce, es una ciudad rodeada de colinas que se elevan por todo su contorno, conformando un pequeño pero hermoso valle: donde se forma un bonito paisaje. El Vigía, Platillón, Cerro Azul, Picacho Blanco, Barranquilla, Cerro Pelón, Los Chivos, El Calvario, y La Virgen, se cuentan entre sus cerros.  Y un cañón por donde se desparraman los valles aragüeños hacia los llanos guariqueños y apureños y al sur de nuestro estado Aragua.. 

Hace más de seis décadas atrás Villa de Cura era una ciudad de ríos rumorosos y de aguas limpias por todos lados. Y de ese fluido abundante en el subsuelo. En todos sus linderos se sentía el accionar de la naturaleza. Había que saber lo que era antes Pozo Azul y sobre todo el pintoresco Valle de Tucutunemo desarrollado por una amalgama de gente criolla conjuntamente con algunos emigrantes europeos.de la postguerra. 
Hacen años en El Cortijo  no se percibía  otra cosa que el riego por gravedad y aspersión, siembra y cultivo de extensos sembradíos de maíz, tomate, yuca, papa, aguacate, caraota, pimentón, hortaliza, además  cría de ganado vacuno, porcino y caprino.  A un costado de la vía a El Cortijo siempre había una bodega que vendía toda clase de víveres con un caldero de chicharrón y carne de cerdo, y un budare de la típica cachapa.. Tucutunemo era de fama nacional. Uno de los programas importantes fue la producción que se daba de Semilla Registrada y Certificada de maíz, papa y caraota de la mejor calidad, requerida por los productores de la Colonia de Turén  y Asociación de productores de Calabozo estado Guárico, sin olvidar el estado Cojedes y Portuguesa... 

Había que ver la cantidad de litros de leche y sus derivados que durante invierno y verano salían para consumo interno y hacia el centro del país de las haciendas  "La Providencia", "El Ancón", "Montero", "Santa Rosa",  "Caicara"  "El Banco",  "El Ocumo", "La Lagunita" y granjas de medianos y pequeños productores de Los  Bagres, El Pao de Zarate y El Cortijo. La base de eso es el cruce de ganado criollo con el mestizo.

Es obligatorio recordar aquellos tiempos de abundante cosecha cuando se podía observar en fila india los camiones 600 y 750 cargados hasta la coronilla de productos para ser  llevados a los Mercados Periféricos de Caracas y el centro del país. Es muy saludable recordar que los dueños de parcela, a mucha gente del pueblo le daban luz verde para el "rebusque", que no era otra cosa que el aprovechamiento de los frutos que en su paso dejaba las máquina cosechadora.. Seríamos injustos sino reconocemos el asesoramiento de las Facultades de Ciencia Veterinaria y  Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, y por otra parte el interés del MOP en el asfaltado de la carretera para El Cortijo.    . 
Seguramente los villacuramos de esa época y los que han  emigrado  recordarán que a mediados del siglo pasado, algunas familias se organizaban en romería a visitar estos parajes y a bañarse y  pescar en el río  río Tucutunemo, porque siempre había en su curso una abundante cosecha de palometas, bagres, palambras y corronchos.

              En la gráfica están  Rafael "Rafucho" Castillo Zamora, Justo Ilarraza, José Carrasquel y Raúl Carrasquel. Foto archivo O. C. 


Si uno deseaba disfrutar de un  suculento hervido de "roncador",  o de una ración de pescado frito, solo había que llevar al río  anzuelos, un caldero, manteca y  fósforo, porque el río le daba el alimento, y el bosque el haz de leña para el fogón. 

En los días de infatigable calor veraniego, de sol ardiente, los villacuranos de diferentes  edades y estratos, nos fuimos acostumbrando a darnos un baño en las pozas que se hacían en el curso del río Guárico. La mayoría de las veces  en excursiones dominicales. (Salíamos después de desayuno y regresábamos con el ocaso).... No está demás de recordar cuando por vía de la jubilada de nuestras horas de clases, burlábamos el seguimiento de los policías escolares de nombre don Brígido Alagar y el señor Lucio Reina..
 
¿Cuántas veces el grupo, de los cuales son muchos los nombres,  pasó buscando por su casa a nuestro amigo Rafael Pasquier Suárez?. Su madre fue doña Ana de Pasquier, recuerdo que para esos paseos al río,  nos brindaba una bandeja de tortas de "merengues" para que lleváramos de bastimento.

Marchábamos a pie  por la carretera de macadam disfrutando del paisaje y de sus campiñas; inocentes derribamos con hondas las palomas turcas y las iguanas de las ramas de los samanes y caros, para degustar  la delicia de sus huevos salcochados. A disfrutar de las plantas frutales que crecían silvestres entre plantíos y en  las márgenes de los ríos. Los muchachos t adultos derrochábamos el gusto  comiendo frutas de mamón, mango, algarrobo, cotoperíz y jobo.. 

También viene al recuerdo los verdes aledaños del encantador río Tucutunemo, con sus pájaros de todas las especies sobre la arboleda. Los pozos que surcaban su caudal fueron nuestros mejores cómplices también frecuentados por las lavanderas de Las Mercedes:, "Quita Calzón", "El Caracol". "El Deleite", "La quebrada de las lavanderas" y "El Paso del Caballo", fueron una delicia.. 

A un costado de la carretera a San Juan de los Morros se ubican los pozos de "Quebrada Honda","La Planta" y  "El Carmen". En el limítrofe de Aragua con Guárico a orilla de carretera, "La Quebrada de Piritu"; siguiendo mas adelante  las profundas aguas del "Salto de Piritu"..

Del curso del  río "Guárico", un río anteriormente invadeable , tan solo quedan  sus barrancos y uno que otro pozo de aguas fétidas, restos de neveras y cocinas , envases vacíos de todo calibre y unos cuantos zamuros disfrutando de la siesta. 

Flamea en la pantalla del recuerdo el balneario bajo el puente de la vía a Santa Rosa, con sus clarísimas y rumorosas  aguas   que descienden desde la Sierra del Sur. Allí calmaron su sed y llenaban sus taparitas de agua los  Peregrinos en febrero.  

La inolvidable quebrada "Curita", metida entre un nudo de árboles, en cuyos remansos se  lanzaban anzuelos y redes para la pesca; y en especial las muchachas y muchachos se bañaban en las pozas que dejaba la crecida por el invierno.. 

Las aguas represadas del "Paredón de la Represa". En su orilla los carreteros saliendo de la montaña se bañaban  y ponían a beber a sus cansadas mulas. En sus tranquilas aguas abundaba la sardina, la anguila,  guabinas, empollaban los gallitos de agua, nadaban en las tardes los patos silvestres y pernoctaban las garzas blancas y paletas en sus garceros.  

Por la salida de La Villa vía a Cagua los pozos "El Caño", la "Quebrada de Guayabal", convertida en aguas cloacales. Y de la misma parentela le sigue el caño  "La Chapellinera", bajo la sombra de amables árboles y bejucos que muchas veces usábamos como trampolín. . 

El río "Las Minas", corría libremente en invierno y verano,  ahora solo corre cuando son muy fuertes las precipitaciones en su cabecera.. 

Evoco en en esta crónica el caserío "Los Tanques", porque en medio de un bosque de cujíes, existía una laguna natural, allí iban a realizar su faena y echar cuentos las lavanderas del barrio Los Colorados. 

Por la cercanía de San Francisco de Asís o Garabato, hay una chorrera de abundantes aguas cristalinas que se deslizaba por un elevado tobogán de piedras azules, bautizado  "La Ceniza". Algo así como un "Tobogán de la Selva" amazónica en miniatura. Me echan el cuento que ahora sus aguas se fueron evaporando..

Todavía es tiempo de memorizar, toda esa maravilla de bondades que nos brindó  Dios a los villacuranos, que marcaron un tiempo de excelente progreso, ya no están, pensamos que lo que ocurrió realmente es que el hombre los abandonó, nunca los  cuidó y ni lo supimos valorar,  Cuando fuimos niños y adolescentes nos hicieron saltar de alegría,y por esa razón no deja de causarnos  nostalgia y dolor el agrio vino que bebemos en las tempestades. 


Oscar Cattasquel. La Villa de San Luís,  25 de mayo 2021.



Sitio web de la imagen de entrada: http://imagenesde

  LAS LAVANDERAS DE LA PARROQUIA LAS MERCEDES


Por Oscar Carrasquel

De aquella pequeña urbe que era Villa  de Cura en la cuarta década del siglo xx cuando no había llegado el servicio de acueducto de agua por tubería, la dedicación de lavar y planchar para la casa y también servían ajeno, fue una extenuante labor femenina muy utilizada en la época. Esto nos hace remontar y recordar a las lavanderas en el otrora primoroso río Tucutunemo. Hay que hacer notar que los usuarios del casco urbano, en ese entonces, se surtían de las llamadas pilas públicas para el agua potable y demás servicios de la casa. .

El río Las Minas, El Paredón de La Represa, la quebrada Curita, el río Guárico y pequeños arroyos de aguas primorosas y limpias que emergía del cerro El Vigía por el lado del cementerio, fueron testigos. Pero más famosas fueron las llamadas lavanderas de Las Mercedes procedentes de los rincones más humildes. Yo no lo viví en esa época,  lo conocí más adelante en los años de adolescente, sin embargo la historia se encuentra en la memoria de personas bien conocidas en la Parroquia, y uno miraba con compasión a la gente que por necesidad elemental realizaban este noble trabajo. 

Las mujeres bajaban en romería con sus petacas sobre la cabeza llenas de ropa sucia,o bien bajaban por las barrancas del rió Tucutunemo, bien de mañanita; muchas veces tenían que utilizar la fuerza  del hombre de la casa para que ayudara con la pesada carga, pasaban dos días de la semana en la ribera del río muy cerca del puente y aguas abajo. Había un nacimiento de aguas en la falda del cerro que todavía se llama “Quebrada de las Lavanderas”, convertido hoy en caserío.

Con un liviano mazo de madera en una mano se golpea la ropa ahogada en jabón azul para sacar el sucio Y la estregaban con una pajuela de costilla de res. En la sofocación de mediodía cocinaban y los arboles les obsequiaban sus frutos, mientras los rayos de sol secaban la ropa, las prendas de vestir finalmente eran tendidas sobre los pajonales, y más aún sobre las piedras azules que se asoman en la corriente y en las orillas del río, hasta que secaran.

Se dice que en aquella época las lavanderas compartían  saberes populares, establecían una especie de  familiaridad, abordaban vivencias,;criticaban, dejaban caer refranes; chistes picantes; se valían de la chispa criolla para acompañar la tertulia en el trabajo. Se escuchaban cosas jocosas como esta : "a fulana se la llevó el novio anoche". 

Al terminar en horas tempranas de la tarde, después de degustar de un suculento hervido de corronchos, regresaban todas en fila india para sus respectivos domicilios  a completar los oficios hogareños. Con el paso del tiempo por allá por la década de los 50, el Concejo Municipal de Zamora privilegió, en primer lugar, a las lavanderas de Las Mercedes, le acondicionó unos cubículos bajo techo en un sitio céntrico para que desarrollaran su actividad, dotados de bateas de cemento, y por supuesto agua por grifo, ubicado estos lavanderos al final de la calle Jaime Bosch con la calle Montenegro. 

No había llegado el modernismo del detergente en polvo al menos en los 60s. Aquello se parecía una samplabera. Comentarios por aquí y por allá. Las lavanderas se volverían a juntar pero en un ambiente diferente.. Aunque a decir verdad la mayoría siguieron lavando por el curso del río, quizá para oír el canto de las aves y el chillido de la corriente. El comentario es que no soportaban el olor del cloro que venía por la tubería y de  los desinfectantes, preferían pisar sobre la tierra mojada, para ellas era vital andar por las playas del río Tucutunemo en las frescas mañanas de Las Mercedes..Dos veces a la semana se oía el canto de trabajo de una fila de damas equipadas con tobos y canastos repletos de ropa sobre la cabeza, Entre las laboriosas mujeres que mantuvieron esta tradición y que desparecieron por completo conocemos los nombres de María de Jesús Rincones, Dominga Farfán, Aleja Almeida, Isidora Morgado, Ecolástica Flores. Teófila Bello y una morena que mentaban Joaquina, que levantaron sus hogares en la Parroquia Las Mercedes..

Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, octubre 2022


miércoles, 12 de abril de 2023

JOSÉ PRUDENCIO DÍAZ DE LA VILLA DE SAN LUIS GLORIA DEL CICLISMO VENEZOLANO

 

JOSÉ PRUDENCIO DÍAZ DE LA VILLA DE SAN LUIS GLORIA DEL CICLISMO VENEZOLANO

Por Oscar Carrasquel

Su nombre completo era José Prudencio Díaz Zapata, fue uno de los ciclistas del patio que ha adquirido mayor jerarquía por su dilatado peregrinaje en este deporte. Nacido a comienzo de la tercera década del siglo xx en Villa de Cura, municipio Zamora estado Aragua, habitó una casita en la calle Bolívar y Villegas, de familia de limitaciones económicas pero no obstante se disfrutaba de buena comida, cuando todo alrededor era sabana frente en lo que hoy se conoce como Residencias Médicas “Doctor José Ignacio Baldó”.

Lo conocimos el Negro Francisco Matute y quien escribe,  solo de vista pero si sabíamos de su vida por sus hermanos Pedro José Zapata, Hernán Zapata y Luís Ramón Zapata que fueron nuestros amigos de la infancia. Prudencio, como sencillamente se le llamó, solo pudo realizar estudios hasta 6to grado de primaria. Siendo un muchacho andaba en bicicleta tipo paseo por las calles polvorientas de La Villa.

A temprana edad fue enviado por la familia a estudiar en Caracas, cobijándose en una casa en la Parroquia Catia, y en un apartamento en la urbanización “23 de enero”.  

El ciclista criollo comenzó en Caracas compitiendo en carreras de aficionados con una bicicleta semi-profesional. Sus actuaciones fueron entonces de primeros lugares, lo que le valió su paso a primera división. Cayó bajo la protección del consecuente dirigente Rodolfo Sillie que fundó en la capital el club ciclístico DIAMANTE, cuyo cuarteto de pedalistas lo integraron nada menos que Víctor Paticas Fernández, José Prudencio Díaz, Antoni Ituarte y Héctor Alvarado. Dicho club en 1940 se convirtió  en uno de los mejores del país en persecución por equipo. Aunque a decir verdad entre Él, Paticas Fernández y Héctor Alvarado se compartían los primeros lugares. José Prudencio competía  en el velódromo de Catia y en La Vega en el Teo Capriles. Alcanzó a disputar muchas pruebas internas de ruta y en torneos internacionales en representación de la bandera tricolor venezolana. José Prudencio Díaz asistió a los Juegos Centro Americanos del Caribe en 1946 y también en pista y persecución por equipo en los Juegos Panamericanos en 1951  celebrados en Barranquilla, en la costa colombiana, formando equipo junto a Víctor Paticas Fernández, Héctor Alvarado y Luís J. Rodríguez, glorias del ciclismo venezolano.  En esa prueba de Barranquilla este cuarteto consiguió la medalla de oro.

Un reportaje periodístico da cuenta que el afamado ciclista villacurano  también logró incursionar en el Campeonato Mundial de Ciclismo celebrado en la ciudad danesa de Copenhague  en 1949. El equipo venezolano estuvo conformado por Andoni Ituarte, Héctor Alvarado, José Prudencio Díaz, Ricardo López, Miguel Chirinos y Quintín Rivero, entre otros.

Lógicamente resulta difícil resumir en detalle todas las actuaciones de  este gran atleta villacurano a nivel nacional y en  territorio extranjero. Muchas de sus incursiones quedan en el tintero, por falta de mecanismos  para realizar una profunda pesquisa informativa.

No sabemos oficialmente cuándo  fue el año de  su retiro de las competencias y de su exitosa carrera como ciclista. Lo que si es cierto es que nunca abandonó ni colgó su máquina de carrera. Recuerdo varias ocasiones en la década del cincuenta haberlo visto pedaleando su bicicleta en la subida de Guayas y  en la  vía de Los Colorados de la Panamericana, ya  octogenario. Su ruta de práctica siempre comprendía desde de Caracas hasta Villa de Cura y viceversa. La práctica era realizada cinco días a la semana, siempre se caracterizó por ser un buen rutero. Su apego por su terruño natal nunca menguó.

Antes de finalizar la nota queremos recordar a destacados pedalistas villacuranos que surgieron posteriormente, en la lista de esa otra época pasada figuran: Pedro Izzo, Vicente Torres, Marcos Araujo, El Chingo Landa, Ramón Araujo, Virgilio Rengifo, Ramón Rodríguez y Fernando “Canario” Correa; algunos aseguran que este último nació en Cagua, municipio Sucre, de madre villacurana la señora Olga Correa.

Personas amigables de esta columna y conocedores de este deporte se sienten extrañados, sobre el por qué todavía estamos a la  espera que nuestro coterráneo José Prudencio Díaz sea escogido, como le corresponde, al salón de las Glorias del Deporte Aragüeño.

                  Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, abril 2023